lunes, 15 de octubre de 2012

Lezama Lima


José María Andrés Fernando Lezama Lima, nació el 19 de diciembre de 1910 en el campamento militar de Columbia, La Habana. Era hijo de José María Lezama y Rodda, coronel de artillería, ingeniero, y de Rosa Lima y Rosado. Al año siguiente la familia se mudó a la Fortaleza de la Cabaña, y en 1918 su padre se ofreció como voluntario a las tropas aliadas para combatir en la Primera Guerra Mundial, por lo que la familia viajó a Estados Unidos, en 1919 murió su padre y la familia se trasladó de nuevo, esta vez a casa de la abuela materna, en la Habana.
Lezama estudió en el colegio Mimó y realizó la secundaria en el Instituto de La Habana, donde se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras en 1928. La situación económica de la familia se fue haciendo cada vez más difícil y la familia se mudó a la casa donde Lezama pasaría el resto de sus días, en Trocadero 162. En 1929 inició sus estudios de Derecho en la Universidad de La Habana. En 1930 participó, el 30 de septiembre, en la histórica manifestación estudiantil, que dio inicio a la arreciada de la lucha contra el dictador Machado, la Universidad fue clausurada y eso le permitió dedicarse con gran vigor a la lectura. En 1935 publicó por primera vez en la revista Grafos, y al año siguiente pudo reiniciar sus estudios universitarios.
En 1937 fundó la revista Verbum, de la que salieron tres números, por esa misma época se inició su estrecha relación con Juan Ramón Jiménez. Publicó su primera novela: Muerte de Narciso. Empezó a trabajar como abogado sin dejar nunca de lado su vocación literaria. Fundó otra revista, Espuela de plata.
Abandonó su trabajo en el bufete para colaborar en el Consejo Superior de Defensa Social, instalado en el penal del Castillo del Príncipe. De nuevo en 1942 animó una nueva revista de poesía: Nadie Parecía. Su obra se iba haciendo conocida y el 18 de mayo de 1943 la Sociedad Pro-Arte Musical estrenó en el Auditórium el ballet Forma, basado en textos de José Lezama Lima, con coreografía de Alberto Alonso e interpretado por Alicia y Fernando Alonso.
A partir de 1945, hasta 1959, trabajó como funcionario en la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación. Siguió publicando, y ya en 1949 aparecieron en Orígenes los primeros capítulos de Paradiso, la que sería su obra maestra y una de las mejores novelas del siglo XX.
Para 1957, cuando José Lezama Lima daba las cinco conferencias que luego serían publicadas en el volumen titulado La expresión americana, la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX habían dado una gran cantidad de ensayos en torno al problema de la identidad cultural americana que, habiendo pasado por románticas contraposiciones (civilización-barbarie) y diagnósticos positivistas, desembocó en la noción de mestizaje como el signo cultural propio de América. Para la generación de Reyes, Picón Salas, Carpentier o Uslar Pietri, la asunción de la heterogeneidad como condición permitía señalar la peculiaridad americana frente a un más homogéneo Estados Unidos y a los particularismos etnocentristas europeos. Lezama no estaba interesado en la búsqueda de un ser, esencia u origen del hombre americano. Su ensayística se dirigía a construir una “fábula intertextual” que “compendia el devenir americano como una era imaginaria que suma y transforma fragmentos de otros imaginarios”, un devenir producido por el diálogo que el crítico establece entre textos americanos y de otras culturas, en una historia asimilada a la ficción.
Viajó a México y Jamaica y se dedicó en estos años a realizar lecturas y conferencias. En 1960 fue nombrado director del Departamento de Literatura y Publicaciones del Consejo Nacional de Cultura. En 1961 asistió como delegado, al Primer Congreso de Escritores y Artistas Cubanos, en el que fue elegido para ocupar una de las seis vicepresidencias de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y comenzó a trabajar en el Centro Cubano de Investigaciones Literarias, hasta 1965.
El 12 de septiembre de 1964 muere la madre del poeta y el 5 de diciembre de ese mismo año se casó con María Luisa Bautista.
Gran conocedor de L. de Góngora y de las corrientes culteranas y herméticas, devoto del idealismo platónico y ferviente lector de los poetas clásicos, Lezama vivió plenamente entregado a los libros, a la lectura y a la escritura. Por lo que respecta a su poesía, no se alteró especialmente en la forma ni el fondo con la llegada de la Revolución y se mantuvo como una suerte de monumento solitario difícilmente catalogable. Para muchos especialistas, el conjunto de la obra lezamiana representó dentro de la literatura hispanoamericana una ruptura radical con el realismo y la psicología, y aportó una alquimia expresiva que no provenía de nadie. J. Cortázar fue sin duda el primero en advertir la singularidad de su propuesta.
En 1966 apareció publicado Paradiso, en la que se ha querido ver una doble alusión a la inocencia bíblica anterior al pecado original y a la culminación del ciclo dantesco. Al mismo tiempo, en Paradiso se refleja la tradición y la esencia de lo cubano en una vertiginosa proliferación de imágenes que protagonizan la obra: un mundo de sensaciones, de recuerdos y de lecturas familiares que conforman y determinan la cosmovisión del novelista, esta obra fue calificada por las autoridades cubanas dos años más tarde como "pornográfica" debido al tema de la homosexualidad en su trama y esto sirvió de antesala a la acusación por actividades contrarrevolucionarias en 1971 que le amargó los últimos años de su existencia. Las actuales autoridades cubanas han rectificado radicalmente este enfoque de la obra de Lezama. al cabo de dos años participó como delegado en el Congreso Cultural de La Habana, donde lee su ponencia "Sobre la poesía". La Biblioteca Nacional "José Martí" le ofrece un homenaje como parte del ciclo "Vida y obra de poetas cubanos". En 1969 comenzó a trabajar como asesor literario de la Casa de las Américas, y al año siguiente Paradiso fue publicada por la editorial mexicana Era, en una edición revisada por el autor y al cuidado de Julio Cortazar y Carlos Monsiváis. Recibió un homenaje de la UNEAC con motivo de su sesenta Aniversario. En 1972 recibe el Premio Maldoror de poesía de Madrid y en Italia el premio a la mejor obra hispanoamericana traducida al italiano, por la novela Paradiso y ese mismo año murió Rosa, su hermana mayor, en Miami. Falleció el 9 de agosto de 1976 en la Habana por las complicaciones del asma que padecía desde niño. A pesar de su escasa difusión editorial, la obra de José Lezama Lima sigue trascendiendo más allá del tiempo y las fronteras. Muchos poetas y narradores cubanos, latinoamericanos y españoles posteriores a él siguen admitiendo la influencia significativa que la propuesta de Lezama ha tenido en ellos: el caso más notorio sea quizás el de Severo Sarduy, que postuló su teoría del neobarroco a partir del barroco de Lezama.  

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